«Yakiniku» significa «carne a la parrilla».
La cultura gastronómica de Japón prohibió durante mucho tiempo el consumo de carne y sufrió profundos cambios durante el período Meiji (1868-1912).
De hecho, la prohibición de comer carne se levantó con la llegada de la cultura occidental. El sukiyaki y otros platos de carne son algunos ejemplos de este cambio. También se desarrollaron métodos de cocción especiales para agregar sabor a la carne y eliminar en ocasiones su olor fuerte, lo que la hacía más sabrosa.
La salsa yakiniku dulce y salada es el condimento más representativo de este nuevo estilo de consumo de carne condimentada.
La salsa de soja utilizada es la de Aritaya Gunma, elaborada con soja y trigo cultivados en la Prefectura de Gunma siguiendo el método de elaboración natural en un almacén de piedra que data del período Meiji. El mirin (vino de arroz dulce japonés) es elaborado por Kankyo Shuzo, un fabricante de la ciudad de Hekinan, Prefectura de Aichi, para crear un sabor simple pero profundo.
Nuestras parejas perfectas: esta salsa sirve para acompañar adobos, carnes de vacuno, pollo, o cerdo a la parrilla, tartar y carpacho de ternera, verduras salteadas con carne, pollo soboro, arroz frito (se recomienda con carne y cebolla picada), verduras enrolladas con carne...