El sansho (Xanthroxylum piperitum) es sin duda una de las especias más populares, originaria de Japón. Su aroma refinado y su sabor picante dan relieve a la cocina japonesa. En Japón hay muchos tipos diferentes de sansho. A pesar de su nombre, esta especia no pertenece a la familia de la pimienta, sino a la de las rutáceas (cítricos).
El sansho se utiliza mucho en la farmacopea japonesa desde la antigüedad. Es conocido por su riqueza en polifenoles, sanshool y shansho amid. El polifenol del sansho tiene un efecto antioxidante.
En Japón se recomienda para la prevención del cáncer, las enfermedades cardíacas y los trastornos de la irrigación sanguínea del cerebro, y se dice que mejora la circulación sanguínea. El sanshool activa los órganos internos y mejora la digestión y, conocido por sus propiedades quemagrasas, es muy popular como complemento dietético y adelgazante.
Nuestras bayas de sansho pertenecen a la categoría sansho uva, ya que crecen en racimos como la uva. La recolección de los granos verdes de sansho tiene lugar en mayo. Se reconocen por su inimitable sabor afrutado, una sabrosa combinación de limoncillo, limón y menta, con notas picantes muy pimentadas. Aquí, las bayas de sansho se presentan enteras.
Desde la antigüedad, el sansho se utiliza como conservante natural para carnes y pescados, evitando los malos olores y el deterioro, y también como estimulante del apetito.
Su elegante aroma y su sabor picante lo hacen ideal para tartares de carne o pescado o marisco, tofu, mayonesas, pescados a la parrilla, salsas para carne de pato o cerdo y carnes rojas guisadas, anguila kabayaki, postres de chocolate... aderezados con un toque picante y colorido de bayas de sansho. Consumidas tal cual, producen una ligera sensación anestésica en la lengua, con un ligero picor que recuerda al cosquilleo.