En el proceso de elaboración normal del mirin se añade sirope de azúcar para acelerar la fermentación. Nuestro artesano no hace uso de ningún aditivo alimentario. Es un proceso mucho más largo, pero, a cambio, el sabor del producto final es más natural y puro.
Como se ha almacenado y envejecido durante más de 2 años, tiene un sabor y aroma suaves y se puede beber directamente. Le sorprenderá su textura melosa y sus notas a caramelo, arce, miel, agave, cacao, moca, mermelada de leche y vainilla.
Nuestra combinación perfecta: salmón desglasado, gambas, foie al horno, codorniz, pichón y magret de pato lacados, chirivías, boniatos, uvas, zanahorias, nabos, calabaza, nuez blanca...
En preparaciones dulces: para tartas Tatin, frutas fritas, frutas pochadas, helados y cremas de vainilla, arroz con leche y como endulzante de frutos secos (almendras, macadamia, nueces, avellanas, pacanas, cacahuetes)...