¿Cuál es el origen del sésamo blanco?
El sésamo (Sesamum indicum) es una planta oleaginosa cultivada desde hace milenios por sus semillas ricas en aceite. Originaria de África y Asia, se adapta especialmente a los climas cálidos y secos. Su cultivo requiere poca agua y soporta bien los suelos pobres, lo que la convierte en una planta muy apreciada en las regiones áridas.
Un ciclo de crecimiento rápido
El sésamo es una planta anual que puede alcanzar hasta 3 metros de altura. Tras la siembra, que suele realizarse al comienzo de la temporada de lluvias, la germinación tiene lugar en pocos días. A continuación, la planta desarrolla un tallo robusto y hojas alargadas. Al cabo de unas 6 u 8 semanas, aparecen delicadas flores blancas, rosadas o violáceas en forma de campana. Una vez fecundadas, dan lugar a vainas que contienen las preciadas semillas.
Aproximadamente tres meses después de la siembra, las vainas de sésamo maduran y adquieren un tono marrón. En este momento, comienzan a abrirse de forma natural, liberando las semillas. Es esta característica la que habría inspirado la expresión «¡Ábrete, sésamo!» del cuento de Las mil y una noches.
La recolección del sésamo requiere una gran destreza para evitar la pérdida de semillas. Tradicionalmente, las plantas se cortan a mano y se recogen en manojos, con la cabeza hacia abajo, para que las semillas caigan progresivamente. En los cultivos más mecanizados, las variedades seleccionadas son menos propensas a la explosión espontánea, lo que permite la recolección a máquina.
Limpieza y transformación de las semillas de sésamo
Una vez recolectadas, las semillas de sésamo se clasifican, se limpian y se secan. Se pueden comercializar en bruto, tostadas para intensificar su aroma o transformadas en aceite de sésamo, pasta (tahini o kurogoma kurimu para la versión negra) o harina.
¿Cómo se utiliza el sésamo blanco?
Nuestras combinaciones perfectas: las semillas de sésamo tostadas realzan y aportan un toque crujiente y exquisito a los pasteles, las ensaladas sencillas o mixtas, la pasta, el arroz blanco, los adobos, las salsas y los aliños. El sésamo también combina a la perfección con el pollo, los salteados de ternera marinada y la carne de cerdo.
Para realzar tus platos, espolvorea unas semillas de sésamo negro sobre una ensalada de tomate, un bol de arroz o un papillote de pescado. También son ideales para aperitivos hojaldrados, salteados de verduras, pasta fresca y tartas de verduras. Su sabor ligeramente tostado combina especialmente bien con el atún o el salmón semicocido, así como con las crujientes croquetas de queso de cabra.
Las semillas de sésamo tostadas aportan una textura crujiente y un sabor delicadamente tostado a los pasteles, las ensaladas mixtas y los platos de pasta. También realzan los adobos, las salsas y los aliños, aportándoles un sutil toque umami.
El sésamo blanco en repostería: un ingrediente delicioso y original
El sésamo es un auténtico tesoro en repostería. Su intenso sabor a avellana tostada aporta sabor a los postres. Muy utilizado en la cocina japonesa y asiática, realza las cremas, los pasteles y la bollería con un toque de originalidad.
Ideas de repostería con sésamo blanco:
Panna cotta de sésamo blanco: un postre cremoso en el que se incorpora pasta de sésamo blanco a una base de leche y nata.
Helado de sésamo blanco: una especialidad japonesa que realza el intenso sabor de la semilla.
Babka de sésamo blanco: un brioche marmolado con un relleno fundente de sésamo blanco.
Financieros de sésamo blanco: pequeños pasteles esponjosos, revisitados con un toque asiático.
Tarta de sésamo blanco: una masa quebrada rellena de crema de sésamo blanco, una alternativa original a la tarta de chocolate.
Chocolates pralinés de sésamo blanco: la mezcla de chocolate y sésamo blanco ofrece una combinación deliciosa y sutilmente amarga.
El sésamo blanco es una fuente de inspiración infinita para postres atrevidos y refinados. Su sabor único lo convierte en un ingrediente de elección para aquellos que buscan un toque exótico en la repostería.
¿Cuál es la diferencia entre el sésamo negro y el blanco?
El sésamo blanco y el negro provienen de la misma planta (Sesamum indicum), pero presentan diferencias notables en cuanto a sabor, textura, uso y valor nutricional.
El color y la cáscara del sésamo
El sésamo blanco suele estar descascarillado, lo que le da su color claro. Este proceso le confiere una textura más suave y un sabor más sutil.
El sésamo negro conserva su cáscara, lo que explica su color oscuro y su textura ligeramente más crujiente.
El sabor y el aroma
El sésamo blanco tiene un sabor suave y ligeramente a nuez, que se vuelve más pronunciado cuando se tuesta.
El sésamo negro tiene un sabor más intenso, con notas más profundas de nuez y un ligero amargor. Una vez tostado, desarrolla un aroma más potente que su homólogo blanco.
Beneficios nutricionales del sésamo blanco
El sésamo negro es más rico en antioxidantes, calcio y hierro que el sésamo blanco, gracias sobre todo a su cáscara, que contiene una gran cantidad de nutrientes.
El sésamo blanco, aunque también es nutritivo, contiene menos fibra y minerales debido al proceso de descascarillado.
Los diferentes usos culinarios del sésamo negro y blanco
El sésamo blanco se utiliza a menudo en panes, pasteles, salsas (como el tahini) y guisos. Su sabor suave lo hace muy versátil en la cocina.
El sésamo negro es especialmente apreciado en la cocina asiática y japonesa, tanto en platos salados (arroz, pescado, sopas, salsas) como en postres (helados, mochis, cremas, babkas). Su color también aporta un toque estético a los platos.
Transformación y productos derivados
El sésamo blanco es la base del tahini, una pasta cremosa muy utilizada en la cocina de Oriente Medio y mediterránea. El sésamo negro se transforma en pasta de sésamo negro (kurogoma kurimu), un preparado muy apreciado en la repostería japonesa por su intenso sabor y su color profundo. En resumen, el sésamo blanco es más suave y versátil, mientras que el sésamo negro es más intenso, rico en nutrientes y apreciado por su carácter aromático único. La elección entre ambos dependerá del efecto que se desee conseguir en la cocina.
El sésamo se presenta en varias variedades, entre las que destacan las siguientes:
El sésamo blanco, el más común, de sabor suave y ligeramente aavellana. El sésamo negro, más aromático y rico en antioxidantes. El sésamo dorado, conocido por su sabor aún más intenso y su textura crujiente.
Gracias a su cultivo resistente y a su riqueza nutricional, el sésamo sigue siendo un recurso valioso en numerosas tradiciones culinarias y medicinales de todo el mundo.
¿Qué sabor tiene el sésamo blanco?
Nuestras semillas de sésamo blanco desprenden un aroma a avellanas tostadas, que se vuelve aún más pronunciado después de la tostado. Así revelan sabores ricos, perfectos tanto para platos dulces como salados.