Las variedades de arroz se mezclan cada vez, y la combinación y las proporciones cambian cada vez, por lo que no es posible reivindicar una variedad específica.
La característica más importante de este producto no es la variedad ni la zona de producción, sino la forma en que se almacena y procesa el arroz. El arroz se compra crudo a agricultores contratados, en forma de arroz integral. Se almacena, pule y procesa internamente a bajas temperaturas (15°C o menos) de forma integrada.
Normalmente, la fricción provoca un aumento del calor durante el pulido, pero nuestro artesano controla el aumento de la temperatura para evitar la oxidación del arroz. Como resultado, el contenido de alfa-amilasa, una enzima que descompone el almidón en azúcar, es un 20% mayor que con el método habitual, lo que da como resultado un arroz delicioso y de sabor dulce.