Esta especie de uva poco común es originaria de Japón.
El nombre botánico de la Crimson Glory es Vitis coignetiae y aparece por primera vez en el Kojiki, el libro de historia más antiguo de Japón (712 a.C.).
Es una de las dos únicas especies de vid nativas japonesas, junto con la variedad «Koshu».
Las uvas tienen un diámetro muy pequeño (8 mm) y tardan 6 largos años en madurar, lo que las hace aún más especiales.
La uva que se cosecha transcurrido ese tiempo contiene hasta 8 veces más polifenoles que otras uvas, 7 veces más calcio, 7 veces más fibra dietética, 3 veces más hierro, 3 veces más potasio, 10 veces más betacaroteno y 10 veces más vitamina E.
También es muy rica en procianidina, un poderoso agente antioxidante.
La uva yamanokibudo se cosecha antes de que llegue a su madurez para conservarla al vacío durante 3 años, lo que mejora el grosor y la suavidad.
El ácido tartárico, responsable de causar sabores indeseables, está presente de forma natural durante 3 años en este zumo. Una vez transcurrido ese tiempo, solo se embotella la capa superior de jugo. Estos procesos que requieren mucho tiempo y mano de obra son los que logran obtener el mejor jugo de uva.
Sin azúcares añadidos, conservantes, colorantes ni sabores artificiales de ningún tipo.
Nuestras parejas perfectas: el zumo Yamanokibudo se puede mezclar con refrescos, leche, vino, cerveza, sake (vino de arroz japonés) o shöchü (licor destilado japonés). Puede consumirse tanto frío como caliente. Reducido, este zumo es el acompañante perfecto de escalopes de foie gras, carnes rojas, de caza, vieiras, frutas escalfadas (peras, melocotones)... Despierta inspiración en pasteleros (mousses, crema bávara, cremas...), heladeros (granizados, sorbetes, helados), chocolateros, coctelerías...