Para que un sake pueda considerarse "koshu" debe haber madurado mínimo 3 años, lo que se traduce en un cambio de color, de amarillo pálido a dorado o ámbar, y de notas de sabor, con toques de caramelo y vainilla que recuerdan al vino de Madeira o al de Jerez. Esta evolución a lo largo del proceso de maduración se explica con las reacciones de Maillard que se producen entre los azúcares y los aminoácidos presentes de forma natural en el sake.
Este koshu Iwanoi Junmaï lleva almacenado en bodega desde 1983. Es difícil encontrar sakes añejos que ofrezcan un envejecimiento perfecto.
El nuestro se caracteriza por su aroma dulce y floral, que recuerda a los frutos secos, sus notas especiadas, su riqueza y complejidad en paladar y su agradable acidez, que recuerda al vino blanco maduro.
Nuestra combinación perfecta: magret de pato asado, venado, filete de ciervo, jamón ibérico de bellota, botarga cremosa, piña asada, plátano flambeado, tarta de chocolate, manzana al horno con mantequilla, higos deshidratados o al horno , albaricoque crudo al horno o deshidratado, quesos azules...