Todos los años, en noviembre, los agricultores talan robles japoneses de 12 a 15 años.
Se dejan en el suelo durante dos meses. Después se cortan en trozos de 125 cm y se siembran con micelio de shiitake.
Para ello, se hacen 20 agujeros en el tronco con un taladro. Por último, los troncos sembrados se colocan unos encima de otros de forma lineal, en varias filas, y luego se cubren con hojas y ramas. Permanecerán así abandonados durante 2 largos años, periodo esencial para el buen desarrollo del micelio.
Al cabo de 24 meses, los troncos sembrados se colocan erguidos en hileras en un sotobosque húmedo y fresco, rico en humus.
Las setas shiitake, en perfecto respeto de la naturaleza, madre de la paciencia, se desarrollan entonces.
La recolección se realiza manualmente cuando las setas han alcanzado una buena madurez.
Los shiitakes jumbo son los más imponentes, los más anchos, los más carnosos, con un diámetro en fresco de 8 a 15 cm y de 7 a 10 cm una vez secos.
Para rehidratarlos, son necesarias 48 horas en agua fría seguidas de una hora de escurrido. Se cocinan al horno con mantequilla y salsa de soja.
Son poco comunes, muy aromáticas y extremadamente sabrosas.
Oita concentra más de un tercio de la producción japonesa de esta seta. Es un alimento de calidad, con excelentes beneficios para la salud. El cultivo es sano y natural, sin utilizar ningún tipo de producto químico. ¡Sólo la naturaleza decide!